España se quedó sin su jugador No. 12

España sufrió ayer una baja inesperada. Probablemente, la más inesperada que se podía imaginar: la de Manolo el del Bombo, aquejado de un principio de neumonía. El hincha número uno de la selección española abandonó este jueves al mediodía su hotel en Potchefstroom y se dirigió a Johannesburgo, donde por la noche tomó un avión de regreso a España. La noticia causó sorpresa en toda la expedición española, incluidos los enviados especiales, con los que Manolo comparte hoteles, desplazamientos y, a veces, incluso algunas confidencias. El Mundial de Sudáfrica, por tanto, pierde a uno de esos personajes populares que le dan ambiente y color.
Manolo no ha podido completar su octava Copa del Mundo consecutiva animando a España. Lo cierto es que nunca llegó a estar a gusto en Sudáfrica, donde el estruendo de las vuvuzelas le acallaba en los estadios y el frío mesetario de Potchefstroom y Johannesburgo le hizo enfermar a los pocos días de llegar. Cogió una gripe y no ha podido quitársela. Pálido y ojeroso, ocultando su malestar en cada una de las cientos de fotografías que se sacaba a diario, el número 12 de ’La Roja’ ha aguantado como ha podido, malamente, durante tres semanas. Lo cierto es que daba un poco de pena verle en ese estado, tan consciente de su deber, de las tremendas obligaciones de su personaje. Pero no ha podido aguantar más. La gripe se convirtió en bronquitis y ésta, tras el partido ante Portugal en Ciudad del Cabo, donde llovió de lo lindo, en un principio de neumonía. El médico de la selección, Óscar Celada, que le ha estado tratando, le aconsejó el miércoles por la noche que regresara a España. A Manolo se le cayó el mundo encima, pero supo que tenía que obedecer.