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CAUSA ABIERTA

Llama el Mundial, y es hora de abrirle la puerta

Llama el Mundial, y es hora de abrirle la puerta

La gran fiesta del Mundial de fútbol, ese evento que cada cuatro años paraliza al planeta y convoca incluso a quienes ignoran, padecen o desprecian al más hermoso juego inventado por el hombre, arrancará hoy en Sudáfrica. El anfitrión recibirá a México a las 11, abriendo un campeonato que ofrece certezas e incógnitas mientras genera un cosquilleo inconfundible. El desembarco de los Mundiales en Africa es sin dudas una de las noticias de este campeonato que, con seguridad, batirá un nuevo récord de teleaudiencia y de facturación para las grandes empresas que creen en el fútbol como deporte y como negocio. Más de 26 mil millones fue la audiencia acumulada en Alemania 2006, y la FIFA -cuyo presidente, Joseph Blatter, intenta aquí su reelección- confía en superar esa cifra. Para ello apostó por Sudáfrica, el país más rico del continente más pobre, que será durante 30 días el centro del mundo. Un país que ofrece notorios contrastes entre una minoría rica y una mayoría sumida en la miseria, al mismo tiempo que exhibe un 80 por ciento de población negra que de a poco, a un ritmo muchísimo más lento de lo esperable, intenta sumarse al reparto de la riqueza. La infernal tasa de SIDA (la Organización Mundial de la Salud habla de más de 900 muertos diarios), la mencionada desigualdad y los consiguientes niveles de delincuencia, son enemigos a los que Sudáfrica no derrotará gracias al Mundial, aunque es probable que el mundo pose un rato su mirada sobre semejante cuadro. El temor por la inseguridad es palpable aquí. Y en un doble sentido. El estadio Soccer City, que albergará al partido inaugural, la final y la presentación argentina ante Corea del Sur, será íntegramente vallado en la medianoche anterior al juego de mañana y se abrirá a las 10 del día del debut sudafricano. Y en cuanto a la vida cotidiana, las autoridades reclamaron atención de turistas y periodistas a raíz de varios robos -en algunos casos violentos- sufridos por periodistas españoles y chinos y por futbolistas griegos en distintas ciudades. La tasa de criminalidad en Sudáfrica ronda los 40 asesinatos diarios. Así y todo, la inmensa mayoría del pueblo sudafricano decidió tomar la fiesta del fútbol como propia. Aquí todo es felicidad y orgullo por recibir al Mundial y amabilidad para el visitante. Se nota el deseo de mostrar lo hermoso de Africa y la calidad de su gente. Se ven banderas sudafricanas por todas partes y se escuchan las vuvuzelas casi como un rito. Pero desde hoy se hablará casi exclusivamente de fútbol. Y el Mundial, el cuarto en el que participarán 32 selecciones,  arrancará con dos favoritos evidentes, Brasil y España, además de un grupo de conjuntos en condiciones de dar un golpe (Inglaterra, Holanda, Argentina, acaso la eterna Italia) y un montón de partenaires. ¿Y Uruguay? La ilusión de que se eleve el promedio de gol por partido (que viene decayendo desde Francia 98) y, en especial, de que se mejore el nivel de juego, es la mayor pretensión del mundo del fútbol, ansioso por ver a las pocas figuras de real jerarquía que jugarán aquí: Messi, Cristiano Ronaldo, Kaká, Rooney, Iniesta, Drogba, Forlán y poco más. Arranca el Mundial. Para los escépticos, apenas un campeonato de fútbol que se juega cada cuatro años. Para muchísimos más, la excusa para reencontrarnos con lo que todavía tenemos de pibes maravillados e ingenuos.

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