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CAUSA ABIERTA

708 muertos en Chile y militares salen a cuidar calles

708 muertos en Chile y militares salen a cuidar calles

La presidenta Michelle Bachelet informó que la cifra de muertos por el devastador terremoto que arrasó Chile llegó hasta 708, con un creciente número de desaparecidos y militares que saldrán a las calles para reforzar la seguridad en medio de actos de saqueo y vandalismo en varias localidades. La presidenta dijo que decretó el "estado de excepción de catástrofe" para las regiones de Maule y Concepción, con lo cual los militares saldrán a colaborar con la policía en la conservación del orden público. En la provincia de Concepción, equipos de rescate realizaban tareas de búsqueda de sobrevivientes en edificios desplomados mientras otros grupos vandalizaban tiendas y la policía se esforzaba en contenerlos.
Las contrastantes escenas eran protagonizadas por gente desesperada que intentaba conseguir comida o rescatar sobrevivientes, pero en ambos casos sus esfuerzos quedaban frustrados por nubes de gas lacrimógeno.
De varias poblaciones arrasadas por el terremoto de magnitud 8,8 del sábado, que desgajó casas, edificios, puentes y caminos, los periodistas reportaban saqueos a tiendas, farmacias, supermercados y hasta bancos.
En el centro de Concepción, la ciudad grande y con mayor proporción de daños, y en la vecina San Pedro, la población se volcó al pillaje.
La alcaldesa Jacqueline van Rysselberghe dijo que "hasta ahora no se ha recibido ninguna ayuda" alimenticia para los damnificados, lo cual ha desatado la caótica reacción en Concepción, ciudad a 115 kilómetros del sismo y 500 al sur de la capital.
Bachelet designó al general Guillermo Ramírez como responsable del orden público en esa provincia y dijo que acordó con los dueños de cadenas de supermercados la entrega gratuita y ordenada de los abarrotes de primera necesidad almacenados en sus tiendas.
Los saqueadores, después de atacar el supermercado Líder en la mañana en sus cuatro pisos, atacaron dos farmacias de la cadena robando todo lo que hallaron a su paso.
Uno de los policías antimotines que rechazó identificarse dijo a una reportera de AP que "no podemos hacer mucho, estamos sobrepasados".
En Concepción también se vio gente utilizando mangueras para sacar gasolina de los tanques subterráneos de estaciones de servicio. Las turbas deambulaban por el centro y atacaban en bandadas. La policía permitía a algunas mujeres entrar a ciertos negocios con la condición de que tomaran solo comida y tratando de mantener la situación en orden, se constató.
En San Pedro, temprano se abalanzaron sobre un centro comercial. Una tienda de vídeos fue incendiada, dos cajeros automáticos fueron partidos, un banco robado y un supermercado saqueado, en cuyo piso quedaron ciruelas aplastadas, comida de perro regada y botellas rotas de licor.
El sargento de policía René Gutiérrez vigilaba con otros efectivos el ahora vacío negocio. "Fue una muchedumbre. Sacaron todo. Ahora estamos acá solamente para proteger el edificio, lo que queda del edificio", manifestó.
La policía intentaba proteger el supermercado Líder frente al edificio Alto Río lanzando gas lacrimógeno y chorros de agua a presión, pero eso molestaba a los especialistas que limpiaban escombros con sierras y martillos hidráulicos, tratando de hallar sobrevivientes en la estructura desplomada de 15 pisos.

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