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CAUSA ABIERTA

Prostitución, alcohol y vejaciones en la Embajada de EEUU en Kabul

Prostitución, alcohol y vejaciones en la Embajada de EEUU en Kabul

Unas imágenes difundidas por una ONG muestran a personal de seguridad privada de la Embajada de Estados Unidos en Kabul en estado de embriaguez, al desnudo y obligando a subordinados afganos a beber chupitos o comer patatas fritas de entre las nalgas de los norteamericanos. Todo ello en suelo de la Embajada, donde, según cuentan testigos presenciales a la organización, también han accedido prostitutas. La ONG Proyecto para la Supervisión del Gobierno (POGO, según sus siglas en inglés) denuncia a través de unas imágenes vejaciones de personal de seguridad privada de la Embajada estadounidense en Kabul a empleados afganos. El organismo concreta que se produjo un repunte en estos abusos en plena efervescencia de violencia en la capital del país. Los acusados de estos maltratos, y que figuran en las imágenes, forman parte de ArmorGroup (subsidiaria de Wackenhut Services), empresa privada que ha destinado en Afganistán a 450 guardias con el fin de vigilar la Embajada en Kabul tras firmar un contrato, renovado el pasado julio, de 189 millones de dólares por un periodo de cinco años. El vídeo, que ya inunda la red, muestra a estos hombres en evidente estado de embriaguez, muchos de ellos desnudos y en posturas poco decorosas. La noticia nace en el momento en el que se descubre que estas estampas no pertenecen a una fiesta de amigos, sino que se producen en el lugar de trabajo (la Embajada) y que las protagoniza el personal de seguridad de la casa diplomática. Este hecho ya lo conoce la Administración Obama. POGO envió a la secretario de Estado norteamericana, Hillary Clinton, una carta formal de protesta. Entre otros muchos ejemplos, la ONG se hace eco de las protestas de los empleados afganos, quienes lamentan que eran obligados a "tomar vodka o comer patatas fritas de entre las nalgas de otros agentes". En uno de los episodios, uno de los supervisores de los guardias, acompañado por otros cuatro trabajadores, entró en el comedor en calzoncillos y, botella de alcohol en mano, dijo: "Los afganos sólo valen para ser follados". En otro de los capítulos, un guardia orinó encima de un empleado afgano. Otros muchos hablan de la presencia de prostitutas en la Embajada, de fiestas privadas y de orgías homosexuales.

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