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CAUSA ABIERTA

La uruguaya que se sabe bella y no le importa lidiar con 44 piernas masculinas

La uruguaya que se sabe bella y no le importa lidiar con 44 piernas masculinas

Como cualquier profesional del arbitraje recibe insultos. Pero a diferencia de los hombres, también la piropean. Alejandra Trucidos, jueza con dotes de modelo. Alejandra Trucidos cuenta su historia con el tono imperativo de quienes están habituados a dar órdenes. Responde sin dudar la mayoría de las preguntas, pero antepone la muletilla "difíciles por mil" cuando necesita ganar tiempo. Dice que de muy chica quiso incursionar en cosas que no eran comunes, pero que nunca sospechó que terminaría convirtiéndose en una de las dos primeras mujeres árbitras de la historia del fútbol uruguayo. Se considera una mujer sexy y coqueta, a pesar de tener un oficio que la obliga a "vivir" vestida de jogging. Tal vez por eso se presentó a la sesión de fotos con varias mudas de ropa, pidió tiempo para maquillarse y se paró ante la cámara (sin que nadie se lo pidiese) como una profesional del modelaje. "No sé si me gustaría ser modelo porque nunca lo hice. Lo que sí sé es que tengo feeling con la cámara", afirma la jueza de 38 años nacida en San Ramón (Canelones), divorciada y madre de un niño de cinco años. "Destino". Corría el año 1996 cuando Alejandra escuchó en televisión que se abrían cupos para mujeres en la Asociación Uruguaya de Árbitros de Fútbol. "Quiero ser jueza de fútbol", recuerda que dijo. Nunca lo había deseado, pero en ese instante supo que iba a presentarse. Hasta entonces, su vinculación con el deporte fue una breve incursión en el fútbol femenino y un fanatismo similar al de cualquier uruguayo promedio. De 38 mujeres que se inscribieron, 16 pasaron la prueba de ingreso y tan sólo tres se recibieron. Alejandra fue una de ellas. Cuando todavía era estudiante, tuvo la posibilidad de vestir el uniforme de árbitra. "Mi primera vez como jueza fue totalmente infeliz", recuerda. Fue en un partido de niños discapacitados para el cual se dividió la cancha para jugar dos partidos en simultáneo. Los arcos no tenían redes. "Me acuerdo clarito que hubo un tiro al arco, la pelota pasó por arriba del travesaño y cobré gol", afirma. "Después me di cuenta de que no había sido, pero como ya se había reanudado el partido no podía volver atrás", recuerda entre risueña y avergonzada. Once años después de esa primera vez, Trucidos ya tiene pago su derecho de piso; lo cual no significa que se hayan acabado ciertos prejuicios machistas sobre su profesión. "Siempre digo que lo difícil de mi carrera está de la línea de cal hacia afuera", afirma, pero prefiere no explayarse sobre los problemas concretos que enfrentan las ocho mujeres árbitras del fútbol. Sí cuenta que los insultos de la hinchada, inherentes casi a su profesión, están dirigidos a lo sexual y parten principalmente de bocas y lenguas femeninas. "¿Querés un ejemplo de lo que me gritan?", pregunta: "Y...puta..., trola, venís a hacerte ver acá". "¿Ves?", pregunta enseguida, "no lo vas a querer publicar". Los años de fogueo la han vuelto indiferente a lo que califica de "epítetos". "Hay que tomarlo como de quien viene", arguye. Afortunadamente, no todo es negativo. La jueza también recibe guiñadas y halagos de parte de los hinchas: "Me piropean hombres y también alguna mujer", dice sin disimular su orgullo. Actualmente, Trucidos puede ser designada jueza de cancha en las categorías cuarta y quinta. De tercera en adelante se desempeña como jueza de línea. En el fútbol femenino ha llegado a arbitrar en torneos sudamericanos. Cualidades. Alejandra considera que para ser un buen árbitro primero hay que ser honesto ("para con él y para con el espectáculo"), en segundo lugar autocrítico ("tener la capacidad de reconocer los errores") y por último mantener un buen estado físico. En ese sentido, señala que para estar en forma se debe entrenar un mínimo de dos veces por semana; pero que ella se limita a dos horas por semana. El resto lo compensa arbitrando en prácticas entre semana. "Ni el departamento físico ni el médico se explican cómo a mi edad tengo este rendimiento", cuenta. "Además de que hoy por hoy soy la única mujer que hago las pruebas de hombres", agrega. Se refiere a los cuatro controles anuales a los que son sometidos los árbitros/as. Allí, por ejemplo, se exige a las mujeres un máximo de 35 segundos para una "pasada" de 150 metros y de 30 segundos para los hombres. Ella lo hace en el tiempo masculino. Sobre la capacidad para reconocer los errores, Alejandra se muestra exigente consigo misma: "Soy una persona muy autocrítica que sé cuando me equivoco. Y lo asumo. A la prueba está que cuando me equivoco en los partidos, si no reanudé el juego, vuelvo para atrás y digo me equivoqué. Por ejemplo: marco mal un saque de banda y lo rectifico inmediatamente", ilustra. "Prefiero que me baje el puntaje el veedor y no hacer una injusticia", agrega. Otro detalle no menor de la profesión es el lenguaje corporal que se debe transmitir dentro de la cancha. Una pose de reposo puede ser confundida con desinterés, y eso no es bueno para un árbitro. Alejandra confirma que le seduce tener la última palabra, que si bien no lleva el silbato a su casa le gusta que se haga lo que ella dice. Su condición de jueza excede a las canchas y aunque por reglamento se deberá retirar a los 45 años, seguirá sintiéndose árbitra hasta el día que se muera. Por eso, una vez retirada, se imagina trabajando como instructora de juezas. "Me fascina mi trabajo, soy feliz arbitrando", dice más de una vez durante la entrevista. "No me imagino no siendo jueza", confiesa.

-¿No tenés miedo de que las poses que asumiste para las fotos de esta nota repercutan negativamente en el respeto ganado?

-En las poses fotográficas no le estoy faltando el respeto a nadie, ni a la investidura, ni a ninguna organización o asociación. No estoy sacándome fotos sin ropa y no estoy mostrando nada que no tenga que mostrar. Es más, no muestro nada... Pienso que las personas que no vean más allá de una foto artística o de una pose creativa es porque tiene la mente retorcida.

-¿Te considerás una mujer sexy?

- Sí

Y suelta una carcajada.

Referentes y admirados

Los árbitros de referencia de Alejandra Trucidos son: Carlos Aguirregaray (su ex-marido), en lo técnico y en lo físico; y Jorge Larrionda en "seriedad y presencia". El mejor juez del mundo es el italiano Pierluigi Colina, ya retirado. De Uruguay admira la persona del fallecido juez Juan Daniel Cardellino. Los jugadores que más le gustan son Beckham y Ronaldinho. Su asignatura pendiente es terminar la carrera de Ciencia Política, que abandonó a los dos años cuando decidió ingresar al arbitraje. (Reportaje de El País)

 

 

 

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